Durante
la estadía en Samana Wasi tuvimos diversas actividades, entre ellas, ocupando
un especial lugar, está la caminata a Chupani.
Movilizarse
a más de 2.900 metros de altura sobre el nivel del mar implica un esfuerzo
extra. Si bien, antes del viaje, salíamos a caminar casi todos los días una
horita, NO ES LO MISMO jajajjaja.
Partimos
tempranito, luego del desayuno. Llovíznaba un poco de a ratos. El aire frío, el
paisaje imponente y las ganas de ir a un lugar especial, muy especial, nos impulsaba.
Conoceríamos
donde Antón fue iniciado por los ancianos de la Aldea A, tal como él mismo lo
cuenta en su libro “Y... El Anciano Habló”
Recuerden que para ver las fotos mas grandes
deberán clicar sobre ellas
deberán clicar sobre ellas
Comenzamos a caminar, y lo hicimos en varios grupos, "los lentos" primero, entre los que estábamos Carmen y yo y los rápidos una media hora mas tarde. Descubrí que para hacer una foto, relajado, tratando de enfocar bien, conseguía que los demás se alejaran y alcanzarlos se me hacía un poco dificultoso.
La altura se hacía notar.
Me llamó la atención la entrada a esta finca
Otra vista de la misma
Estos carteles vienen muy bien como ayuda memoria y para que vean que estábamos caminando a 2.900 msnm y subiendo!!!!
Cerros, nubes, mucha vegetación, aire frío y húmedo.
Chuck, de USA, Carmen de España y Walter de Argentina,
atravesando un caserío
El narrador posando, mientras recuperaba el aire
que por momentos se me hacía escaso
me llamó la atención como pasaba la luz
por la ventana de una ruina en la montaña
Rosas muy perfumadas
Niñas del lugar yendo al cole.
Muchas horas mas tarde nos las volvimos a cruzar
Diego
Estrella y Carmen
Carmen y yo
una mototaxi nos hizo photobombing
un bar donde descansar y refrescarse, cosa que imaginé
ya que no nos detuvimos mas que a sacar esta foto
bonito, no?
Maritza con su muleta que muchas veces olvidaba usar
cantarina agua de deshielo
Fin de etapa, descanso y risas para reponernos
antes de continuar la subida.
En la foto, de izquierda a derecha, de pie Guada, Celia, Ana, Maritza, Zhanna; sentados Chuck, Carmen, Estrella y yo
Otra foto de grupo: Celia, Chuck, Ana, Diego, Maritza, Estrella,
Zhanna y yo. Más atrás: Carmina y Gabriel meditando.
Carmen señala que estamos a 3.353 metros de altura.
No sabíamos que nos tocaba subir bastante todavía.
Tampoco era algo que nos importase.
No crean que fue fácil subirse a esa resbalosa rama jajajjaj
una toma diferente de ese hermoso lugar
Gabriel aprovechó la misma rama
Carmen disfrutando
Si no recuerdo mal, esas eran las montañas del oro, tal como creyeron entender los conquistadores españoles que se encargaron de horadarlas sin encontralo.
Claro, que los lugareños se referían a otro tipo de riquezas :)
Me dice Carlos, que la montaña se llama Koriwayrachina,
"donde se ventea el oro"
Hacer un selfie con Carmen, desde mi metroochentaipico,
no es nada fácil, y a ella la recorté varias veces
Diego
Carmen y Estrella
Haciendo yyyyyyyyaaaaaagggghhhjj
Los árboles nos cuentan como sopla el viento por aquí
Ana y Estrella
Celia y Carmen
Guada, Carmina y Gabriel
Diego alimentándose
La risa de Celia
Walter
Luego del descanso, continuamos la marcha,
por momentos bajo una intensa llovizna
Al costado del sendero, encontramos las ruinas del poblado
de los que décadas después,
construyeran en otro lugar, oculto y secreto, la Aldea A
muchas ruinas, en su estado natural sin "reparar"
Esta inmensa roca, bastante mas alta que una persona,
no es de allí, y "está puesta" sobre unas piedras pequeñas
de manera artificial. No es posible
que hubiera llegado hasta ese sitio de forma natural.
Uno de tantos guiños que nos muestran de lo que eran capaces
de manejar esa gente.
una muestra de la vegetación que cubre las ruinas
Posando entre las ruinas con Walter haciendo photobombing.
Maestro!!!
Hermoso paisaje. Hacia la izquierda de la foto,
y unas decenas de metros hacia abajo,
corría el río que mas tarde cruzaríamos.
No era muy apto que digamos para gente con vértigo
Carmen con mucho frío en esta foto
Abrigadita al lado del río que antes mencioné
Cansado y feliz, habíamos llegado a nuestro destino.
Fue muy bonita esta sorpresa
A esta chica le vinieron ganas de meterse al río
Es en este lugar donde Antón Ponce de León Paiva
recibiera su iniciación
Preparado para cruzar el río de aguas heladísimas.
Selfie luego de cruzar el río.
Minutos después hicimos una danza de energía, inolvidable.
Descubrimos que en las laderas de las montañas,
había gente del lugar observándonos atentamente
Había que regresar, y este era el camino de vuelta,
internándose en el bosque
cada un@ en lo suyo, había mucho por mirar.
Dicen que este es el bosque de las hadas, y en algunas fotos, ampliadas y mirándolas con atención , algo se puede ver
me alejé lo suficiente como para estar solo en este lugar
y fue muy emocionante hacerlo
Hay muchas fotos que no pudieron ser por falta de luz
o por exceso de agua :)
Carmen en el bosque
Esta fue una de las últimas fotos del día, ya que se largó a llover.
Una inolvidable caminata de unas ocho horas, sin contar los descansos. Subiendo y bajando. Conociendo lugares bastante alejados de los circuitos turísticos tradicionales y poco frecuentados.
Esto nos preparó para los días que estaban por venir,
de este viaje mágico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para evitar esos molestos spam, los comentarios serán moderados.
Disculpa esta la pequeña demora.
Gracias.